El futuro de nuestra sociedad es nuestra responsabilidad y lo estamos construyendo desde ahora y entre todas y todos. Desarrollar al máximo el talento de nuestro alumnado es lo más importante para una escuela equitativa y de calidad como la nuestra. Por eso, es necesario que la actividad escolar sea rica, personalizada e inclusiva, donde las personan que conforman la comunidad educativa se sientan seguras, no sean discriminadas por ninguna razón, y puedan aprender y prepararse para la sociedad que queremos. 

Un currículum competencial, base de nuestra escuela, orienta la actividad escolar hacia un aprendizaje profundo y funcional. La base de un aprendizaje competencial reside, por un lado, en el establecimiento de conexiones fuertes entre los aprendizajes esenciales que adquiere el alumnado; y por otro, en la capacidad de movilizar dichos conocimientos en distintos contextos y situaciones cotidianas. 

Asimismo, es fundamental poner especial atención en el bienestar del alumnado, y de la comunidad educativa en su conjunto, ya que el bienestar emocional es clave tanto para afrontar y adaptarnos a las situaciones, como para alcanzar el éxito en nuestra actividad. Una comunidad empoderada es una comunidad que aprende.  

También es importante resaltar la necesidad de una acción comunicativa que explique, comparta y reflexione sobre todo aquello que se hace en nuestras escuelas, una actividad que tiene como objetivo el éxito de cada persona y de la comunidad en su conjunto. La sociedad del conocimiento en la que vivimos requiere una comunidad informada, y por eso es importante que aquello que se promueve descanse sobre la mejor base de conocimiento de la que se dispone.  

En este marco, el nuevo currículum nos brinda una oportunidad de profundizar en el camino que venimos realizando. Seguimos caminando juntos, ya que el futuro lo construimos desde ahora y entre todas y todos.