Ciencia y Tecnología
En un mundo en constante transformación, la educación tiene la responsabilidad de formar a ciudadanos capaces de comprender los retos globales y afrontarlos desde una perspectiva crítica, ética y transformadora, como el cambio climático, las crisis sanitarias, el agotamiento de los recursos naturales y el desarrollo de la inteligencia artificial. En este contexto, la ciencia y la tecnología no deben ser entendidas como contenido académico aislado, sino como herramienta transformadora.
Por ello, es imprescindible que el alumnado desarrolle la capacidad de analizar fenómenos complejos, entendiendo las relaciones entre los sistemas naturales, sociales y tecnológicos. La educación debe promover una reflexión sobre las consecuencias futuras de las acciones y decisiones tecnológicas, y para apoyarla, la ciencia y la tecnología, integradas a través del currículo, ofrecen herramientas fundamentales para analizar la realidad, comprender sistemas complejos y diseñar soluciones innovadoras.
La incorporación de estos enfoques a la enseñanza de la ciencia y la tecnología, además de mejorar la comprensión de los contenidos curriculares, sitúa al aprendizaje en el centro de los grandes retos actuales. Así, la educación se convierte en un motor de cambio para una sociedad más justa, resiliente y sostenible, capaz de utilizar el conocimiento científico y tecnológico en beneficio de todos. Este punto de vista no se limita a una determinada lección; Se puede aplicar en diferentes ámbitos, adaptados a cada etapa y nivel educativo.
La escuela debe convertirse en un espacio de empoderamiento en el que los alumnos y alumnas tengan que sentir que pueden actuar y provocar cambios reales. Los proyectos de innovación, la investigación escolar, la ciencia ciudadana o el desarrollo de tecnologías sostenibles permiten la aplicación del conocimiento en contextos reales, reforzando así su autonomía y participación activa. También hay que hacer una profunda reflexión sobre el impacto de la tecnología en la sociedad, el medio ambiente y la ética.
Viaje progresivo hacia la ciudadanía crítica y comprometida: currículum
En el sistema educativo vasco, la enseñanza del ámbito científico y tecnológico no se limita a la mera transmisión de contenidos. Desde la Educación Infantil hasta el Bachillerato, se considera un proceso evolutivo que promueve el descubrimiento, la experimentación, la interdisciplinariedad y el compromiso con los retos sociales y medioambientales actuales. El objetivo de este enfoque es formar alumnos y alumnas competentes, con pensamiento crítico y capacidad de actuar con responsabilidad en su entorno.
En Educación Infantil, la curiosidad natural de los niños es el motor del aprendizaje. El currículum promueve la observación del entorno, la realización de preguntas y la exploración activa, generando situaciones de aprendizaje en las que el juego y la manipulación permiten construir las primeras nociones sobre el mundo cercano. Así, las capacidades de observación, comparación e investigación se trabajan desde la infancia y se sientan las bases para el pensamiento científico.
En la Educación Primaria, la enseñanza de las ciencias, la tecnología y la digitalización se estructura en torno a la comprensión del entorno natural, social y cultural. Los alumnos aprenden a identificar fenómenos, a formular hipótesis simples, a observar sistemáticamente y a registrar los resultados; construyen los primeros prototipos para buscar soluciones a diferentes problemas y también desarrollan el pensamiento computacional. Se trabaja desde una perspectiva integrada que relaciona los aprendizajes científicos con la vida cotidiana, ayudando a comprender los conceptos de forma significativa y funcional. El objetivo es que los alumnos entiendan, no sólo qué, sino también cómo y por qué se producen los fenómenos.
En la Educación Secundaria Obligatoria se profundiza y especializa la enseñanza científica y tecnológica. Se introducen con mayor detalle los métodos propios de la investigación científica, se refuerza la capacidad de análisis y representación de los datos y se fomenta la interpretación crítica de la información. Además, se promueve la reflexión sobre el impacto social de la ciencia y la tecnología, reforzando el pensamiento ético, la sensibilidad ambiental y la responsabilidad social. Esta etapa permite establecer las capacidades necesarias para comprender la realidad científica en profundidad y contextualizada; También se planteará un uso ético y sostenible de la tecnología en los proyectos STEAM, al igual que en las etapas anteriores, teniendo en cuenta temas como la igualdad de género y la interdisciplinariedad.
En el Bachillerato, los alumnos pueden elegir itinerarios más específicos que les permitan analizar en profundidad diversas disciplinas, como la física, la química, la biología, la geología o la tecnología e ingeniería. Esta especialización no deja de lado una visión global e interdisciplinar, ya que seguimos trabajando en la resolución, razonamiento y toma de decisiones de base científica de problemas complejos. Se hace un esfuerzo especial en los grandes retos actuales, como el cambio climático, la sostenibilidad y la innovación tecnológica, y se fomenta la capacidad de actuar con conocimiento, ética y compromiso social.
A lo largo de este recorrido, el currículo vasco propone un modelo de enseñanza que desarrolla no sólo conocimientos, sino también actitudes científicas: fomentando la curiosidad, el rigor, el pensamiento lógico, la creatividad y la sensibilidad emprendedora hacia los problemas de la humanidad. El objetivo final es formar a personas capaces de entender el mundo, participar activamente en ese mundo y contribuir a transformar el mundo de una manera justa y sostenible.

Formación y Redes del Profesorado
Para un adecuado desarrollo del currículo científico y tecnológico es imprescindible la formación continua del profesorado. Para ello, es necesario fomentar la colaboración entre la Universidad-Escuela-Berritzegune para garantizar la investigación educativa y el intercambio de buenas prácticas. Se debe ofrecer una formación estable y actualizada para profundizar en la didáctica científica, la alfabetización ecológica y el uso de las nuevas tecnologías. Además, es importante crear redes estables; es decir, los proyectos comunitarios, los laboratorios tecnológicos creativos, las actividades de ciencia y educación ambiental de la ciudadanía deben convertirse en espacios compartidos.
Retos del futuro
En la educación básica, la educación científica y tecnológica enfrenta retos clave como la integración de las nuevas tecnologías (IA, programación, robótica), la enseñanza interdisciplinar (perspectivas STEM), el desarrollo del pensamiento crítico, la alfabetización digital y la educación para la sostenibilidad. Para responder a estos retos, el profesorado necesita una formación continua en el uso pedagógico de las herramientas digitales, las metodologías activas y los contenidos actualizados sobre ciencia, medio ambiente y tecnología. Además, es necesario reforzar las competencias para que la enseñanza inclusiva, justa y basada en problemas reales, y promover una cultura del aprendizaje permanente para que el profesorado sea mediador del cambio educativo.
Principales recursos y plataformas
Última actualización, 2025/06/18